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El Caqui, dulzor "vitamineralizante" para el otoño

El Caqui, dulzor "vitamineralizante" para el otoño

Una leyenda japonesa relata cómo la planta del caqui surgió de una grieta producida por la caída de un gigante al ser derrotado por un samurai.

Desde el siglo VIII se cultiva en China y Japón donde tiene su origen. En los países occidentales fué introducido teniendo en cuenta las condiciones de cultivo de su zona de origen; ésta se produjo de manera reciente en dos vertientes: en EE.UU. a principios del siglo XIX y en Francia, España e Italia hacia 1870.

Las zonas de producción en nuestro país son Andalucía y Valencia, en la zona del Valle del Jucar, donde su producción se ha quintuplicado en la última década.

En algunos lugares se conoce como “palo de santo”, principalmente porque los caquis suelen madurar en noviembre, por la festividad de “Todos los Santos”.

Propiedades

La composición del caqui depende de la variedad. En todos los casos, el principal componente es el agua, que se encuentra en mayor cantidad en el caqui de China que en el americano. Tras el agua, los hidratos de carbono, representados principalmente por la fructosa y la glucosa, son los que aparecen en mayor proporción, siendo más rica en este nutriente la variedad americana. En mucha menor proporción se encuentran las proteínas y los lípidos, ambos en cantidades similares en las dos variedades. El caqui contiene también pectina (fibra soluble) en cantidad considerable, aunque no destabable respecto al resto de las frutas. Con todo ello, su valor calórico es bajo.

En cuanto al contenido en vitaminas, el caqui de China es una excepcional fuente de vitamina A, presente en forma de provitamina o pigmentos carotenoides (responsables de la coloración de los frutos maduros). También contiene importantes cantidades de vitamina C, principalmente cuando el fruto está verde. Además, aporta pequeñas cantidades de vitaminas del grupo B, entre ellas B1, B2 y B3.

Entre los minerales destaca su alto contenido en potasio. Posee también calcio, fósforo, hierro y sodio, aunque en cantidades poco importantes.

Salud

El caqui posee un notable valor nutritivo debido, en gran medida, a su riqueza en aminoácidos, vitamina A y vitamina C. Por esta razón, constituye un buen complemento de cualquier dieta, especialmente de las que son deficitarias en dichas vitaminas.

Además, su proporción de glucosa y sacarosa y su bajo contenido en sal, hacen del caqui una fruta adecuada para diabéticos, hipertensos y personas con afecciones cardíacas y renales.

Sus propiedades astringentes y laxantes se deben a su contenido en taninos, que varía a lo largo de la maduración del fruto. Así, el caqui es astringente antes de madurar por ser máximo su contenido en dicho pigmento, y se vuelve ligeramente laxante cuando está maduro, ya que el porcentaje de taninos se ha reducido.

Uso en la cocina

El caqui se consume generalmente como fruta fresca. Aunque la pieza parezca madura y presente aspecto firme y lleno, se debe esperar que se haga muy blanda y pulposa, con la piel transparente. Su momento óptimo de consumo se alcanza cuando a la vista da la impresión de que se está pudriendo. De este modo, ofrece una pulpa dulce y jugosa, con una consistencia muy blanda, por lo que se come con cucharilla. También se puede comer cortado en rodajas, una vez pelado.

 

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